Ya sea por modernismo o por simple utilidad, hemos hallado otro modelo, no topando con él casualmente ni siquiera indagando con medidos estudios científicos. Yo lo llamo la economía ecológica, una nueva hipocresía de la sociedad de consumo puesto que todos sabemos por lógica desde antes de que se inventara la coca-cola que economía y ecología son términos homólogos.
Ahora, en tiempos de fracaso económico nos hacen creer que consumimos menos recursos por puro altruismo empresarial en lugar de aceptar que llevamos desde los tiempos de Newcomen cagándola.
Haría más la sinceridad que las botellas sin tapón de Aquabona.
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