La difícil

Hubo una vez alguien tan triste que sabía en todo momento lo que debía de hacer, sabía cuándo escuchar, cuándo dormir, a quién regalar y cuándo callar. Pero pronto descubrió lo grises que eran sus días, la tristeza que le embargaba, los minutos que perdía y se fue pudriendo poco a poco, sin pena ni gloria murió y nadie fue a visitar su tumba.

Porque en la vida hay que sentirse vivo siguiendo a menudo la otra dirección, la complicada, la que usa el salmón.

se decía que, después de todo, el mundo no era un páramo. Había descubierto, sin darse cuenta, uno de los principios fundamentales de la conducta humana, a saber: que para que alguien, hombre o muchacho, anhele alguna cosa, sólo es necesario hacerla difícil de conseguir.

Mark Twain

El canal del parto

La aparición de la mujer fue la verdadera diferencia entre el sexo animal y el humano.

La hembra de homínido no tenía nada con lo que contrarrestrar la extraordianaria promiscuidad del macho que solo estaba pendiente de ella en la época de celo, así que la astuta hembra modificó sus ciclos hormonales manteniendo un nivel alto de estrógenos durante todo el año, y modificó su cuerpo: se moldearon sus pechos y se estrecharon sus caderas. Debido a ésto último sus partos fueron sangrientos y dolorosos y sus bebés nacían prematuros y débiles, pero todo los tapujos no importaban: habían ganado un esclavo para las sucesivas generaciones de mujeres.

Desde lejos

Dices que lo encontraste ya
que lo tienes todo para ser feliz
y no es verdad
no me tienes a mí

Sales siempre al sol con él
y veis el arcoiris
pero piénsalo bien
no me tienes a mí

Clamas al mundo que es tu amor
que siempre te espanta el gris
pero no caigas en el error
no me tienes a mí

Hablas de que todo es luz
y la alegría te llego al fin
pero seguirás siendo tú
y no me tienes a mí

Problemas de fronteras

Necesito alguien que me comprenda
un amigo a quien abrazar
no me queda amor en las venas
dime si por tí puedo apostar
más de una vez estuve emocionado
y las alegrías causaron dolor
hoy solo me siento tan perdido
que ya no encuentro ni mi corazón,
preséntate un día por mi espalda
y susúrrame con ternura
que todo fue un error
que eran problemas de fronteras
que nunca le llamamos amor