Hoy es un buen día para sacar una sonrisa a alguien que quizá no haya sonreído lo suficiente ultimamente.
¿Qué te parece? No tiene por qué ser un obsequio, sino que a lo mejor unas simples palabras, un simple paseo...
¡Qué importa!

jueves, 25 de marzo de 2010

En lo más crudo del invierno

En lo más crudo del invierno
comprendes, que nada sale como quieres
que la felicidad son pequeños momentos.
En lo más frío de las noches
entiendes, que la vida es bonita
pero no por ello sencilla
sabes que existen las fantasías y
los amores verdaderos, es cierto,
pero también existen el dolor
y las grandes decepciones.
En lo más triste de los atardeceres
aprendes, que las preciosas bocas
también pueden morder
que se puede convivir con fantasmas
que las heridas hay que dejarlas ahí.
En lo más solitario de mis días
conoces, que el amor se debe pagar
que es necesario que te eduque el devenir
que si algo te mata
es porque puede hacerte feliz.

martes, 9 de marzo de 2010

La mirada del adios


Te giraste tan rápido que ni siquiera me di cuenta de que veía tus ojos por última vez. Fue todo tan fugaz que tus antiguas sonrisas me parecieron tan escasas y los paseos al sol tan breves que creí que no existieron también días azules.

No olvidaré las flores de tus botas, alejándose, y tu sombra perdiéndose tras las hiedras. Te seguí hasta el último momento. Pensé que me mirarías una última vez; cuando me quise dar cuenta, ya no estabas y yo solo esperaba la mirada del adios.

¡Jo! ¡Qué triste me sentí!
Más que un blues de Jeff Buckley, más que un soneto de Hernández, peor que un perro abandonado.

Ya no soy ese chico y me convertí en aquel hombre, sentado en el húmedo parque que espera en soliloquio el fugaz amanecer.

"¡Un día vi ponerse el sol cuarenta tres veces!
Y un poco más tarde añadiste:
-¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.
-El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste, ¿verdad?
Pero el Principito no respondió."

El Principito, capítulo VI.
A. de Sait-Exupéry